Un viejo indio trataba de dejarle a su pequeño nieto una enseñanza que le durara para toda la vida y que marcara su camino. Una noche se sentó bajo el cielo estrellado y lo invitó a sentarse junto a él.

Le platicó anécdotas de su historia que trascendieron y lo convirtieron en el viejo sabio que todos consideraban. Le anticipó que le contaría algo que lo marcaría para siempre y esa fue la conversación que tuvieron y que seguramente el pequeño nunca olvidó.

¿Sabes? En nuestro interior, todos tenemos dos lobos, constantemente ambos tienen una lucha imparable, una pelea tan terrible que no a todas las personas les es fácil lidiar.

¿Dos lobos? ¿Cómo es eso abuelo? Con ingenuidad y asombro preguntó el pequeño niño.

Sí, todos en nuestro interior tenemos dos lobos totalmente distintos, uno es malo, porque representa todos los malos sentimientos que pueden existir en un ser humano, la envidia,
la ira, los celos, el orgullo, la codicia, el resentimiento, los miedos, la mezquindad, la culpa, el ego, la autocompasión
y la arrogancia.

Pero el otro representa todo lo bueno, el amor, la alegría, la esperanza, la generosidad, la paz, la fe, la bondad y la verdad, le dijo el viejo indio a su pequeño nieto.

Entonces el pequeño preguntó: ¿Y quién es más fuerte, abuelo? ¿Cuál lobo es el que gana? Eso, mi pequeño, depende de cada uno. ¿A cuál lobo alimentarías tú?

Reflexionemos: Cada uno carga a su espalda y en su corazón una batalla propia.

Ninguna puede compararse a la del vecino, ni a la de tu pareja, ni a la de tu mejor amigo. Todos llevamos nuestros miedos bien escondidos, huellas del pasado que aún no han cicatrizado y laberintos presentes, en los que a veces no hallamos la salida, en los que vemos más enemigos que aliados, pero hoy lideraré con la manada.

¿Existe alguna explicación al porqué nos ha tocado vivir determinadas situaciones?

Hay quien dice que nuestros problemas son resultado directo de nuestros propios actos o malas decisiones. No es cierto, esa regla no siempre es correcta.

En ocasiones, las cosas fallan porque la adversidad nos sacude al azar, sin más, porque en quien confiaste ahora te falla, porque lo que antes era seguro ahora ya no lo es, porque la salud no siempre es de hierro, sino de cristal. Y a todo hemos de hacerle frente. Combatiré las dificultades.

Reflexiona durante unos instantes:

¿Cuál fue tu primer momento con la adversidad? Suele decirse que las personas perdemos nuestra inocencia en el momento en que aparece la primera dificultad, la pérdida o ese revés que cambió nuestro modo de ver el mundo para siempre.

Ten en cuenta que no hay peor enemigo que tus propios pensamientos limitantes.

En ocasiones, llegamos a pensar que nuestro alrededor está lleno de lobos, de amenazas constantes que vetan nuestro crecimiento personal, nuestra felicidad.

Cambia tus pensamientos y cambiarás tu realidad. Y no, no es una frase hecha. Quítale poder a quien te hace daño o te lo hizo en el pasado, avanza sin pesos inútiles. No incrementes tus sufrimientos con callados resentimientos, di lo que piensas y pon límites.

Cómo hacer frente a las dificultades:

En ocasiones, nos cansamos de que nos digan aquello, de que el mayor aprendizaje nos lo ofrecen las adversidades, momentos vitales que nos ponen a prueba para que, a través del sufrimiento, adquiramos conocimiento.

Todos vivimos en el aquí y ahora, batiendo los problemas y esperando que ese conocimiento vital nos caiga del cielo para mejorar nuestra situación. ¿Hasta cuándo debemos esperar? ¿En qué momento lideraré por fin a mi manada de lobos si vivo entre ellos durante mucho tiempo?

Hay quien llega a acostumbrarse a vivir con sus enemigos. Acepta, asume y se deja llevar por miedo al cambio, por temor a lo que pueda ocurrir. No podemos criticarlo, porque cada uno es libre de vivir la vida que desee, aunque sea con los lobos de la infelicidad y la frustración.

Lidera tu vida, el esfuerzo vale la pena. Para ello, reconoce a tus enemigos interiores. ¿Es el miedo? ¿Es la indecisión? ¿Te sientes inseguro o insegura? Pon nombre a lo que te ocurre.

¿Eres infeliz al lado de alguien? ¿La vida que tienes ahora no te hace feliz? ¿A qué le tienes miedo? Es el momento de imponer tu voz, pero empezarás hablando contigo mismo. ¿Qué necesito para sentirme mejor? ¿El esfuerzo va a merecer la pena? ¿De qué modo lideraré a mis miedos para hacerlos desaparecer?

La verdad es que cuando llegamos a este mundo nadie nos asegura que nuestros días van a ser plácidos. Alguien en alguna parte debería advertirnos de que debemos aprender cuanto antes a ser líderes en manadas de lobos, criaturas fuertes ante toda adversidad. ¿Eres tú también un luchador?